lunes, 27 de agosto de 2012
Killing me softly
¿Se puede morir de amor?
Anoche en nuestra primera videollamada publiqué una nota que había escrito para vos. Decía con detalles el día en que nos habíamos conocido, cómo, cuándo y dónde.
Explicaba con detalles lo que sentí en el momento y como el tiempo y la distancia nos alejaron.
Contaba, tímidamente, como me volvieron esas sensaciones al cuerpo cuando comenzamos a hablar de nuevo, como se me pone la piel de gallina y siento de nuevo ese nudo en la boca del estómago cuando pienso en vos y cuando me decís algo que de repente me roba una sonrisa...
Ayer, te escribí una nota, te miré mientras la leías, y como sonreiste y escondiste tu cabeza en la remera esperando que no vea tu reacción. Vi como se te transformaba la cara mientras leías lo que había escrito.
Vi que te gustó.
Hoy, me levanto y a media mañana aparece esto:
"De nuevo este sentimiento, pensé que se me había olvidado en algún rincón de mi cuerpo. Mucho tiempo lo busqué, a veces con tranquilidad y otras veces no. Desistí por momentos, pero sabía que no me podía rendir, no yo, al menos no en esta vida.
Este chico me va a matar...
Pero de amor...
Anoche en nuestra primera videollamada publiqué una nota que había escrito para vos. Decía con detalles el día en que nos habíamos conocido, cómo, cuándo y dónde.
Explicaba con detalles lo que sentí en el momento y como el tiempo y la distancia nos alejaron.
Contaba, tímidamente, como me volvieron esas sensaciones al cuerpo cuando comenzamos a hablar de nuevo, como se me pone la piel de gallina y siento de nuevo ese nudo en la boca del estómago cuando pienso en vos y cuando me decís algo que de repente me roba una sonrisa...
Ayer, te escribí una nota, te miré mientras la leías, y como sonreiste y escondiste tu cabeza en la remera esperando que no vea tu reacción. Vi como se te transformaba la cara mientras leías lo que había escrito.
Vi que te gustó.
Hoy, me levanto y a media mañana aparece esto:
"De nuevo este sentimiento, pensé que se me había olvidado en algún rincón de mi cuerpo. Mucho tiempo lo busqué, a veces con tranquilidad y otras veces no. Desistí por momentos, pero sabía que no me podía rendir, no yo, al menos no en esta vida.
Muchas veces me pregunté si iba a ser posible volver a sentir en mi pecho las emociones producidas por las palabras, las sonrisas y las miradas. Intento pensarlo, analizarlo - sin sentido - hay cosas que por más que queramos, no se piensan, sino que se sienten, se tocan, se respiran.
Transitamos el camino a cada paso, disfrutando lo que el propio camino nos enseña y nos muestra. La vida no pasa, nosotros pasamos por ella. Nos movilizamos con un combustible llamado esperanza, y lo encuentro cada vez que recuerdo quienes me esperan, quienes me construyen. No se que puede pasar mañana, pero tengo la certeza que mientras siga respirando, vamos a estar a tiempo.
Y ese tiempo, que a veces corre, y otras veces no avanza, que muchas veces lastima, indaga y tortura también nos cura, nos bendice y nos reconstruye. Ese tiempo que pasó, ese tiempo en donde nunca dejé de pensarte, de imaginarnos, hoy vuelve y me eleva. Preparo mis alas, listo para volar, sintiendo que puedo conquistar el mundo con una mano, solo si me tomas de la otra"
Este chico me va a matar...
Pero de amor...
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