viernes, 9 de julio de 2010

La conversación fluía como cualquier otra. Él hablaba, yo lo miraba e intentaba que no se me notara...Pero el pecho...el maldito pechito delatador le gritaba que yo me estaba poniendo nerviosa al menos...el me miraba y se reía sin dejar la conversación (monólogo?).
Lo pare con una palabra, no recuerdo cual, y le dije con una sonrisa..."Sos un demonio" y saque de la cartera unos cuernitos rojos que me habían dado en una fiesta.
Se rió, los agarró y se los puso. replicó con un "No le pises la cola al diablo". Pero este diablo me parece que es de cotillón, de plástico como sus cuernitos. Un cordero con piel de lobo...

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