lunes, 26 de julio de 2010
Escriba cien veces!
Iba caminando por la calle, apurada porque me cerraban el banco. De repente un muchachito apareció de la nada, me increpó y con una palicera y la mano abierta emulando una libreta me dijo:
- Quiero tu teléfono.- sin más preámbulos que ese mismo.
Lo miré, le sonreí y me puse a su lado como para observar que no cometiera errores y le dije:
-Escribí. No debo increpar violentamente a minitas que no conzco en la calle para pedirles el teléfono.- y lo volví a mirar. Sonreí ante su cara de sorpresa y agregué. -Ahora escribilo 90 veces más, capaz que se te graba y aprendés- y retomé mi caminta sin mirar atrás para espiar su reacción.
(Relato de ficción que me invadió el cerebro mientras caminaba de vuelta a casa)
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