domingo, 15 de noviembre de 2020

Rebel

Una vez haciendo coaching, hice un pequeño gran descubrimiento. 𝗦𝗼𝘆 𝘂𝗻𝗮 𝗺𝘂𝗷𝗲𝗿 𝗿𝗲𝗯𝗲𝗹𝗱𝗲. 

Todo comenzó casi por casualidad. Solo por ser la hija del medio. Casi un designio. Pero el tiempo, los años, y todo lo que viene con ellos, me hizo darme cuenta que ME ENCANTA. 

Amo ser esa chica rebelde que a simple vista parece que se lleva el mundo por delante, pero que si miras un poco mejor, es dulce y frágil. 

Amo haber aprendido a hacer una patada karateka de vez en cuando y hacer volar el tablero.

Amo hacer lo que me hace feliz y punto.

Amo que me importe poco y nada lo que la gente piensa de mí, mientras lo que yo haga me haga feliz, sin hacerle daño a nadie.

Amo ser luchadora. Aguerrida. Medio kamikaze. Pechadora. Curiosa. Mandada. Amo ser impredecible.

Amo mis espontáneos cambios de look. El pelo cortito de repente para darme cuenta que me gusta más largo. No, mejor corto. No, no, a los hombros.

Me gusta probar cosas nuevas. Andar el camino. Ir a lugares nuevos. Jugármela.

Jugármela es una de las mejores sensaciones de la vida. Xq yo me tiro rogando caer sobre algo mullidito. Y aunque muchas veces me he dado golpazos, cuando he caído suave...uuff...nunca me voy a arrepentir de ese sentimiento.

Amo enamorarme. Aunque sea del chico equivocado. Porque me hace sentir viva. Es mi forma de chequear que me late bien fuerte el corazón, que me corre sangre por las venas. Y aunque me lleve un fiasco y varias lágrimas, sé que para esos hombres voy a ser inolvidable. Que nunca van a conocer una sonrisa más sincera.

Así que bueno...una volada de tablero más, y que sea lo que tenga que ser. Mientras, seguiré pintando fuera de las líneas. 

Porque si.

Porque soy una mujer rebelde.

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