lunes, 4 de junio de 2012

THE move

Andaba aburrida, así que acepté la invitación a comer de un muchacho dos años menor que yo.

Me llevo a comer sushi, punto a favor. Quiso tomar vino, punto a favor. (Dios! ahora tomo vino! Se me pasa el tiempo!)

Después de comer, me compró un chocolate con almendras y caminamos hasta mi casa. Hasta ahí todo bien. Hizo buena letra, es un buen chico, y me encargué de dejar claro que no avance más de lo permitido.

Llegamos a casa y subimos a la terraza. Nos sentamos en un banco largo. Charlamos. Vislumbré que se iba acercando de a poquito, me puse un poco incómoda. Le hablé de mi teoría de que los hombres que tienen más éxito con las mujeres son los que aprenden a "leer el momento". Se acercó un poco más. Le dije que si alguna vez quería que me diera un beso, se lo haría saber.

Me dijo que yo era una "mujer golpeada", que alguien me había hecho daño antes y que por eso yo levantaba muros a mi alrededor para que no me lastimasen de nuevo. Lo acepté y le conté la historia del Enemigo.

De repente, y causándome una inesperada risa, hizo el movimiento. Se había acercado tanto que pudo pasar su mano por mi espalda y abrazarme.

No, no entendió nada de "aprender a leer el momento". Yo no pude parar de reírme. Le coarté todo el romanticismo a la situación.

Amén de que el chico de por sí no me gusta, no puedo. Me siento una adolescente y no da que me pases la mano por la espalda y me abraces por el hombro. Somos adultos! Bueno, yo soy adulta. Ya no da que me abraces como si eso fuera un reee movimiento.

No esperaba que haga nada, pero si tuviera que hacer algo, yo le diría que me bese directamente o nose...que sea más natural. Fue un momento muy ridículo, me sentí muy ridícula.

No quiero salir más con él, ni con nadie.


Me voy a volver célibe....No, mentira....

0 comentarios: